Queridos suscriptores de Corresponsal,
Esta ocasión la newsletter que tienen frente a ustedes será especialmente personal.
Les explico por qué. Resulta que a comienzos de este mes se cumplieron tres años -¡tres años!- de que mi colega Yetlaneci Alcaraz y el autor de estas líneas lanzamos Underground Periodismo Internacional, el sitio del que deriva esta newsletter.
Muchos de ustedes ya conocen nuestra historia, pero quisiera regresar a ella y compartirles algunos detalles que ayudan a comprender de dónde venimos y en qué contexto surgió nuestro proyecto. Y como ambos fundadores seguramente vivimos, actuamos y recordamos cada quien a su manera ese episodio, no me queda más que asumir personalmente lo que enseguida les contaré.
Un poco de contexto: Yetlaneci Alcaraz y este periodista -antes de fundar Underground- trabajamos muchos años en Europa como corresponsales freelance de la revista Proceso: ella en Berlín, Alemania, y en mi caso en Bruselas, Bélgica, sede de las instituciones de la Unión Europea.
Proceso, debo decirlo para una mejor comprensión de mi relato, fue la casa editorial en la que me formé y desarrollé como periodista; fue en la que aprendí de mis compañeros en todos los sentidos, incluyendo el ético. Y fue así hasta que llegó la pandemia de Covid con sus confinamientos y su terrible afectación económica.
Un día de agosto de 2020, la entonces nueva dirección de la revista, confrontada a fuertes problemas financieros y grietas internas, nos comunicó que suspendía las colaboraciones de su red de corresponsalías, que articulada por Homero Campa se había convertido en la más amplia y productiva de la prensa escrita mexicana.
Aunque era públicamente conocida la frágil situación económica del entonces semanario (hoy mensual), la noticia nos cayó por sorpresa. Un grupo que conformamos la mayoría de los corresponsales regulares nos unimos para intentar de alguna forma continuar con nuestro trabajo (unos pocos decidieron mejor negociar individualmente su permanencia).
Siempre con respeto y una actitud propositiva, escribimos no sé cuantas cartas a los directivos y logramos incluso hablar con un par de ellos. Lo que en el fondo tratábamos era conservar como fuera algo muy preciado, al menos para quien escribe: me refiero a que Proceso -como lo hacen los grandes medios globales- era capaz de generar su propia información internacional, su propia mirada del mundo y, en particular, de dar seguimiento a las historias relacionadas con México en el exterior. El objetivo era seguir ofreciendo a los lectores un robusto servicio periodístico con el que no contaba -y no cuenta, por desgracia- ninguna otra publicación mexicana.
Fue en ese punto en el que Underground repentinamente se materializó. Y es que llevábamos dos o tres meses apenas imaginando este proyecto, su estructura, su contenido. Teníamos la seguridad de que lo pondríamos en marcha, pero no más. Estábamos en pañales cuando recibimos la cubetada de agua fría de Proceso. No recuerdo si teníamos siquiera el nombre del portal.
Aún así, no sé por qué, se nos ocurrió ofrecerle gratuitamente a la revista los materiales que, en algún momento, produciría Underground, ello mientras pasaba la crisis en que se encontraba. De cierta forma estábamos soñando, pero, como sucede con muchos sueños, éste nos aportó la enorme motivación que necesitamos para trabajar como locos, aprender de administración, fiscalidad, diseño o gestión de redes sociales en tiempo récord, y así poder hacer realidad nuestro modesto proyecto seis meses después, tras una exitosa campaña de fondeo en la que generosos donadores nos apoyaron con 10,000 euros para arrancar.
Cuando finalmente lanzamos el sitio, nuestra perspectiva era una muy distinta a la inicial. En algún momento Proceso publicó uno que otro de nuestros reportajes como parte de una especie de alianza que acordamos, pero hasta ahí. Underground, que en un principio llegué a considerarlo una oportunidad para rescatar un espacio que desafortunadamente terminó por perderse, comenzó a andar un camino complicado y desconocido, con altas y bajas, pero independiente -al extremo, si eso existe- y con muy gratas experiencias profesionales y humanas. Underground se transformó en el canal que me ha permitido seguir haciendo lo que más me gusta y considero hoy más que nunca necesario en México: periodismo en absoluta independencia intelectual.
Así fue a grandes rasgos como se gestó nuestro medio, básicamente como resultado de un necio empeño -¿o ingenuo, quizá?- por mostrar que nuestra humilde contribución periodística es todavía útil en un área en que los medios mexicanos han claudicado.
Ahora que Underground cumplió tres años de existencia, uno no puede mas que emocionarse por la confianza que ha depositado en nosotros tanta gente -colaboradores, lectores, donadores, colegas de otros medios y fondeadores- a lo largo de este tiempo. Es la consecuencia, me gusta creer, del periodismo que hacemos.
Gracias por tu apoyo
En este tercer aniversario queremos agradecer a todos nuestros donadores y suscriptores, de esta newsletter y de nuestro portal. Son ustedes los que nos ayudan a seguir adelante. Cualquier cantidad, por pequeña que sea, sirve para algo: para pagar un servicio de diseño, una ilustración, un texto, a la infraestructura tecnológica… siempre su contribución será destinada al funcionamiento y mejoramiento de nuestro portal. ¿Y saben también cómo nos pueden echar la mano? Comentando y recomendando nuestros contenidos con amigos y conocidos, o compartiendo el material que subimos a nuestras redes sociales. Y si tienen algo que decirnos o comunicarnos, pueden escribirnos a nuestro correo:
redacción@undergroundperiodismo.com
¡Mil gracias!
Para terminar, les quiero recordar que hace una semana salió en línea el nuevo episodio, el tercero, de la serie de podcasts Sobrevivir a la violencia: México, urgencia internacional, que estamos produciendo en colaboración con la ONG catalana de derechos humanos Taula per Mèxic.
Si no has escuchado ninguno de los episodios, te cuento que en ellos nos estamos adentrando en historias de violaciones a los derechos humanos en México en las que, frente a ellas, actores internacionales de la sociedad civil intervienen en la búsqueda de protección y justicia para los afectados. Aquí abajo te dejo las ligas a la serie. A ver qué opinas.
Nos leemos pronto.
Puedes seguir a Marco Appel en Twitter y Facebook o comunicarte con él por email. Puedes también seguir su trabajo como editor y reportero en Underground Periodismo Internacional.