Remigra... ¿qué?
Y sobre cómo un trabajo colectivo por la paz quiere ser apabullado por el odio y la intolerancia 🇵🇸🇮🇱
Desde hace algunas semanas me he dado cuenta que tras 12 años de vivir en Alemania, nunca como ahora había percibido tanta tensión, crispación y división en el país que se ha convertido en mi segunda casa.
La crisis económica, los conflictos bélicos y la consecuencia de ello (el desplazamiento de personas que buscan una vida mejor y en tranquilidad) han hecho que un sector de la población alemana (amante ante todo de la seguridad y estabilidad) sienta en riesgo su bienestar. Y ese temor ha sido magistralmente utilizado por grupos de extrema derecha y radicales que creen fervientemente en que la gran Alemania (si, esa que tiene un enorme déficit de trabajadores y cuyo potencial económico no podrá mantenerse sin la mano obrera de migrantes) tiene que ser rescatada.
A principios de año, la plataforma alemana de periodismo de investigación Correctiv presentó un reportaje de largo alcance en el que reveló un encuentro secreto en una antigua casona-hotel en la ciudad de Potsdam en el que un grupo de personajes vinculados a la extrema derecha se reunieron para discutir un “plan maestro” para deshacerse de migrantes que ponen en “riesgo” al pueblo alemán (¿les suena familiar la tristemente celebre Conferencia de Wannsee?).
Los participantes iban desde políticos miembros del partido de derecha, populista y xenófobo Alternativa por Alemania AfD y de la Unión Demócrata Cristiana de Alemana CDU, -sí, el partido de la ex canciller Angela Merkel- hasta gente del Movimiento Identitario y ciudadanos de la clase media (médicos, juristas, empresarios, etc) vinculados a estos grupos.
En esa reunión secreta que tuvo lugar el 25 de noviembre de 2023, se debatió sobre el núcleo del denominado plan maestro para Alemania: la remigración de millones de migrantes y ciudadanos alemanes, con antecedentes migratorios, que viven en este país.
Acuñada hace décadas por científicos sociales, el concepto hace referencia a la migración de retorno; a esa parte del proceso migratorio en la que las personas regresan a su país o región de origen tras un periodo de tiempo considerable en otro país o región.
Pero en el caso de los participantes del llamado Geheimplan gegen Deutschland (Plan secreto contra Alemania), como tituló Correctiv a su investigación, el concepto cobra un enfoque racista y maquiavélico:
El autor del plan, Martín Sellner, considera que hay tres grupos de migrantes de los cuales Alemania debe prescindir: aquellos que buscan asilo, aquellos extranjeros con derecho a permanecer y ciudadanos “no asimiliados”. Este último grupo -que representa a millones de personas con ciudadanía alemana- es al que se considera más peligroso por supuestamente poner en riesgo la supervivencia de la cultura occidental.
La investigación de Correctiv tuvo -por fortuna- resonancia en toda la prensa alemana e internacional. Pero lo mejor: sacó a las calles a gran cantidad de la ciudadania que desde hace semanas se manifiestan en domingo en distintas ciudades del país por una Alemania diversa, íntegra, en la que caben todos y todas y en la que no tiene cabida el racismo.
Como periodista pero también como ciudadana alemana (¡que ya lo soy desde hace un tiempo!) me parece sumamente interesante observar el desarrollo de estos acontecimientos…porque no hay que olvidar que la AfD se ha vuelto la segunda fuerza política en algunas regiones del país. Tan sólo este año, tres estados federados (Brandenburg, Sajonia y Thuringia) en donde tiene fuerte presencia votarán la renovación de sus parlamentos.
Les comparto aquí el link de la investigación en inglés por si la quieren leer. De momento sólo está en alemán, inglés, francés, turco, árabe y persa pero muy probablemente pronto también en español. Les aviso cuando así sea…
Como muchos saben - y quienes no, se los cuento- en febrero tuvo lugar la edición 74 del festival internacional de cine de Berlín, conocido popularmente como la Berlinale. Es el FESTIVAL de los berlineses, quienes -sin exagerar- abarrotan las salas de cine para mirar una selección de lo mejor del séptimo arte.
Este año, una de las películas que sin duda tendría que haber tocado muchas conciencias, es el documental No Other Land , una producción palestina-noruega, que aborda el caso de Masafer Yatta, una región conformada por 19 pueblos palestinos en el sur de Cisjordania. La producción documenta la progresiva erradicación de los pueblos de Masafer Yatta, donde soldados israelíes van demoliendo casas y desplazando a sus habitantes en nombre del gobierno israelí.
Basel Adra, activista y periodista palestino registra estos hechos y comienza a trabajar de la mano con un compañero improbable: Yuval Abraham, periodista israelí que llega hasta Masafer Yatta justamente para investigar sobre los desplazamientos de comunidades palestinas por el ejército y colonos de su país.
Entre ambos jóvenes surge una amistad real basada en la empatía y confianza. Yuval Abraham es consciente y busca crear consciencia de lo irrefutable: mientras que él vive libre y sin restricciones, su amigo vive bajo una ocupación militar que coarta sus derechos básicos.
No Other Land no sólo ganó el Oso de Plata a mejor documental sino el premio del público como mejor película en la sección Panorama. Y cómo no reconocer el trabajo de este colectivo de artistas palestino-israelí (además de Yuval y Basel participaron en su producción el fotógrafo palestino Hamdan Ballal y la realizadora israelí Rachel Szor), que además de hacer una gran película demuestran, con los hechos, que la paz entre dos culturas y pueblos es posible.
“La película es un acto de resistencia creativa en el camino hacia una mayor justicia”, considera la Berlinale sobre el filme.
Bueno, pues una polémica absurda y poco constructiva, desde mi punto de vista, se desató luego del discurso de ambos jóvenes durante la gala en la que recibieron el premio. A los grupos conservadores y pro Israel de Alemania (incluídos miembros del gobierno) les molestó por demás en mensaje del joven periodista judio-israelí, cuyos ancestros, por cierto, fueron víctimas del Holocausto:
“"Dentro de dos días volveremos a un país en el que no somos iguales. A mí se me permite circular libremente por el país, Basel vive encerrado en Cisjordania como millones de palestinos. Esta situación de apartheid entre nosotros, esta desigualdad debe acabar", pidió Abraham.
El asunto no quedó ahí. Un par de días después, el periodista judío denunció en sus redes sociales haber recibido amenazas de muerte que le impiden volver a su país:
“Una turba israelí de derecha vino ayer a la casa de mi familia para buscarme, amenazando a familiares cercanos que huyeron a otra ciudad en medio de la noche. Sigo recibiendo amenazas de muerte y tuve que cancelar mi vuelo de regreso a casa. Esto ocurrió después de que los medios israelíes y los políticos alemanes etiquetaran absurdamente mi discurso de entrega de premios en la Berlinale -donde pedí la igualdad entre israelíes y palestinos, un alto el fuego y el fin del apartheid- como "antisemita".
Pues si. Resulta increíble que un proyecto de esta envergadura y sus creadores reciban odio de tal forma. Ojalá la película llegue a más festivales y muchos de ustedes tengan la oportunidad de verlo.
Me despido no sin antes invitarlos a que nos sigan apoyando. Cada donativo es valiosísimo para nosotros.
Hasta la próxima.
Desde Berlín,
Yetlaneci Alcaraz
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