Hablemos de guerra y prevención
¿Estamos listos para el caso en que la guerra escale y cruce fronteras? ¿Qué sabemos -sobre todo quienes nunca hemos vivido un escenario tal en Europa- sobre prevención?
Hace unos días un conocido alemán me decía: “Me equivoqué en mis estimaciones al pensar que Rusia no se atrevería a atacar a Ucrania. La situación actual es tan frágil y delicada como nunca antes. Me parece que la Crisis de los Misiles fue un juego de niños ante lo que ahora estamos viviendo y no se trata de entrar en pánico pero sí de reflexionar un poco al respecto…”.
Y sí. Desde que el conflicto armado - o mejor dicho, el ataque ruso a Ucrania- comenzó, el tema no deja de ser el principal en noticiarios, programas de debate y portadas de periódicos y revistas al menos en Alemania y supongo que en la prensa europea, en general. Mi percepción, vaya, es que la preocupación es grande.
Estamos a sólo unos días de que se cumplan tres meses de la ofensiva rusa y los hechos (como el radical giro que países histórica y tradicionalmente neutrales como Finlandia y Suecia han dado al solicitar su adhesión a la OTAN) indican que el conflicto está lejos de solucionarse e incluso de reducir su escalada.
Hace unos días navegando por la red me topé coincidentemente con los portales de protección a la población en casos de emergencia de los gobiernos tanto de Estados Unidos como de Alemania en los que -no casualmente- han actualizado sus recomendaciones a la población sobre qué hacer si una de las emergencias tiene que ver con un ataque nuclear o situaciones de defensa.
Ya durante los primeros días luego del inicio de la guerra me impactó saber que parte de mi familia política alemana que tiene hijas pequeñas se había surtido con tabletas de yodo. Fue entonces que me enteré por primera vez que el yodo es utilizado para contrarrestar los efectos de las radiaciones durante una emergencia nuclear. Leyendo las recomendaciones de los portales de gobierno sobre qué hacer en caso de emergencia nuclear me di cuenta del poco conocimiento que tengo al respecto y me gustaría compartir con ustedes esta valiosa información.
Como dice mi conocido: no se trata de entrar en pánico, sino de informarse y saber cómo reaccionar en caso de una situación complicada. Así lo hace la gente que vive en las costas y se prepara para la temporada de huracanes; así lo hacemos los “chilangos” (habitantes de la ciudad de México) cuando de temblores se trata (los terremotos nos han dejado la triste necesidad de saber desde pequeños qué hacer en caso de un sismo) y me parece que así tendríamos que estar preparados todos para los tiempos convulsos que vivimos.
Para quienes no tienen tiempo o interés en buscar personalmente en los portales (el del gobierno de Estados Unidos está en varios idiomas incluido el español) les dejo un breve resumen en lista tanto de qué hacer en una emergencia como las listas básicas -de alimentos, bebidas y objetos- que recomienda el gobierno alemán tener cubiertas para cualquier tipo de emergencia.
¿Qué hacer en caso de una explosión nuclear?
La lluvia radiactiva más peligrosa es la de las primeras horas después de la detonación. Toma alrededor de 15 minutos para que ésta llegue al nivel del suelo y por eso es importante reaccionar -si se puede- y buscar de inmediato refugio -en caso de encontrarse al aire libre- para impedir la exposición a la radiación.
Las edificaciones de ladrillo u hormigón son las mejores.
Si se tuvo contacto con la lluvia radiactiva, una vez en refugio, quitarse la ropa contaminada, meterla en una bolsa de plástico bien cerrada y dejarla afuera del sitio cerrado donde uno se encuentre. Además de lavarse con agua y jabón las partes del cuerpo -incluido el cabello- que hayan tenido contacto con la radiación.
Si el ataque nuclear llega con una advertencia previa es importante haber identificado antes los lugares de refugio posibles. Las autoridades insisten que lo mejor son edificios, sus sótanos -sin ventanas- y pisos intermedios de edificios altos. Los coches y las casas móviles no son un refugio adecuado.
Lo ideal es permanecer en el refugio sin salir de él durante 24 horas o el tiempo que las autoridades lo señalen aun cuando miembros de la misma familia se encuentren en otros sitios.
El consumo seguro de alimentos será el de aquellos que hayan estado enlatados o empaquetados sin abrir antes de la explosión.
Y aquí una sublista de suministros básicos que habría que tener cada hogar:
Agua: los alemanes recomiendan dos litros de agua por persona y día.
Alimentos no perecederos como frutas y verduras enlatadas, pasta, leche, pan de caja, chocolate, semillas secas, etc.
Una radio de pilas
Lámpara de mano
Botiquín de primeros auxilios
Pilas o baterías de repuesto
Silbato para pedir ayuda
Mascarilla para polvo para ayudar a filtrar el aire contaminado
Teléfono celular, cargadores y batería de repuesto
Fuentes: Ready del gobierno de Estado Unidos y Oficina Federal de Protección de la Población y Socorro en Casos de Desastre de Alemania
Ser periodista en México
En asuntos no menos importantes, quiero invitarlos a escuchar el más reciente de nuestros podcasts. Apenas unos días después de celebrarse el día internacional de la libertad de prensa, en México asesinaron en el lapso de una semana (los primeros días de mayo) a tres periodistas más para alcanzar la triste cifra de once colegas en lo que va del año.
Por esos días también llegó a Berlín la periodista mexicana Vania Pigeonutt, quien pasará medio año en Alemania gracias a un programa de descanso y refugio impulsado por Reporteros sin Fronteras en cooperación con la fundación alemana taz Panter Stiftung y con quien tuve la oportunidad de charlar sobre nuestro oficio y el peligro de ejercerlo en México.
Si no lo han escuchado, los invito a que lo hagan.
Fotografiar para no olvidar
Tampoco quiero perder la oportunidad de compartir con ustedes el más reciente trabajo publicado en nuestro portal Underground Periodismo Internacional sobre la guerra en Ucrania y el trabajo de tres fotoperiodistas mexicanos.
Cristopher Rogel, David Peinado y Eduardo Quiros recorrieron juntos Ucrania desde Leópolis -en la frontera oeste con Polonia- hasta Járkiv -a 40 kilómetros de distancia de territorio ruso-, pasando por la capital Kiev y su periferia -Irpín y Bucha, uno de los primeros escenarios de crímenes de guerra documentados- para llegar finalmente a Dnipropetrovsk -donde conocieron a una familia mexicana ayudando a la población-.
Provistos de chalecos blindados, cascos balísticos y sus cámaras fotográficas, el trío capturó con su lente durante el mes de abril los horrores de la guerra y a sus víctimas, hombres, mujeres, niños y ancianos, quienes se han convertido en héroes involuntarios que resisten al invasor.
Los tres fotógrafos ofrecen a los lectores de Underground Periodismo Internacional una breve reflexión sobre el reto emocional y profesional que fue cubrir el conflicto armado en Ucrania, y nos muestran cada uno cuatro fotografías que relatan una historia que los marcó para siempre. Porque retomando nuestro eslogan, ellos fueron nuestros ojos en Ucrania.
Exploración sonora
Para despedirnos con un tema más amable me gustaría presentarles a la mexicana Concepción Huerta y a la guatemalteca Mabe Fratti, ambas reconocidas exponentes de la música experimental de América Latina. Durante tres semanas estuvieron de gira por Europa tocando el material de su disco conjunto Estática, grabado por el sello inglés SA Recordings. Marco Appel charló con ellas luego del concierto que dieron en Bruselas el pasado 27 de abril.
Acá te invito a escuchar la conversación.
Nos leemos el próximo mes.
Desde Berlín,
Yetlaneci Alcaraz