La semana pasada seguramente no pasaron desapercibidas para muchas y muchos de ustedes las noticias sobre violencia de género que hubo por todos lados. Y es que, el 25 de noviembre es el día que Naciones Unidas eligió- hace justo 25 años por primera vez- para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer.
Con el lema “Cada diez minutos una mujer es asesinada #NoHayExcusa ÚNETE”, la ONU lanzó una campaña de 16 días, que concluye el próximo 10 de diciembre, y que busca movilizar a todos los miembros de la sociedad ante esta alarmante escalada de violencia contra las mujeres.
Para quienes venimos de países como México, donde la violencia de género es sistemática resulta una fecha oportuna para evidenciar el fracaso del Estado ante tremenda problemática. Porque gracias a la vergonzosa tasa de impunidad que priva en nuestro país -permanece por encima del 90%, según datos oficiales- es que crímenes de este tipo y otros seguirán sucediendo… al fin que no hay castigo para los culpables.
Y sé que casi siempre las cifras aunque impactan tampoco transmiten la problemática real. Ahora les invito a hacer el siguiente ejercicio: en México se estima que cada día mueren en promedio 10 mujeres víctimas de feminicidio. ¡10 mujeres cada día! Imaginen sólo que diez de las mujeres que más amamos y que están a nuestro alrededor (entre nuestras madres, hermanas, hijas, mejores y buenas amigas, colegas que valen oro, etcétera) en un sólo día puedan ser asesinadas. Y así durante una semana…¡70 mujeres de nuestro entorno más cercano que simplemente de un día a otro ya no estén porque la violencia machista las eliminó! Duro imaginarlo, ¿no?
Fechas como el pasado 25 de noviembre o el 8 de marzo también sirven para honrar la memoria de tantas mujeres (de una Claudia, Esther, Teresa, Ingrid, Fabiola, Valeria…y tantas más) y además para apuntar con nombre y apellido a sus asesinos. Porque sí, en este caso hablamos de feminicidios cometidos por perpetradores, a quienes normalmente se les protege bajo el anonimato.
El punto al que quiero llegar es que en países en donde abiertamente es reconocido el problema cuando menos se le puede nombrar, como ya mencioné también se puede apuntar a los culpables, honrar a las víctimas y exigir con todas las letras justicia.
Pero qué hay con los países en donde el tema no se reconoce o es tabú. Es un gran error pensar que la violencia de género es un fenómeno que sólo pasa en los países del tercer mundo, entre las sociedades machistas del sur global. No. La violencia contra las mujeres no distingue entre estratos sociales ni culturas.
Entenderán entonces la sorpresa que sentí cuando hace años que llegué a vivir a Alemania me enteré que el delito de feminicidio no se encuentra tipificado dentro de la ley. Para los alemanes, en aquel entonces, los casos de golpizas o incluso muertes de mujeres dentro de sus hogares eran y son asuntos privados.
Por fortuna, la narrativa -desgraciadamente a golpe de muertes de cada vez más y más mujeres-ha ido cambiado. Con grata sorpresa este año vi y leí en los medios alemanes más reportes sobre violencia de género y debo decir que es información que asusta: en este país en donde muchas nos sentimos tan seguras es asesinada una mujer cada dos o tres día por su pareja o ex pareja y cada día -¡cada día!- hay un intento de asesinato. En 2023 132.966 mujeres sufrieron violencia dentro de sus relaciones de pareja.
Apenas en agosto pasado, a propósito de la muerte de dos mujeres en Berlín como consecuencia de respectivos ataques con cuchillos, la ministra federal de Familia, Lisa Paus aceptó que “nuestro país tiene un enorme problema de violencia contra las mujeres”. Y agregó a ello: “ Esto debe acabar. No sólo necesitamos un paquete de seguridad contra los terroristas que apuñalan, sino también para prevenir y proteger a las mujeres de la violencia”.
Muy bien el discurso pero lo importante en el tema es actuar y, de entrada, tipificar en la ley el delito de feminicidio. Acá les comparto el link de una petición ciudadana para exigir al gobierno alemán el alto a los feminicidios en este país del primer mundo.
No pierdo la oportunidad para invitarlos a leer una larga investigación que realizamos en Underground Periodismo Internacional hace dos años. En El Infierno Lejos de casa logramos documentar numerosos casos de violencia de género contra mujeres mexicanas casadas con hombres europeos y profundizamos en esta problemática estructural que no distingue entre nacionalidades, culturas, estrato social o nivel académico. Si no la conocen, les invito a que lo hagan.
Nos leemos pronto. Desde Berlín,
Yetlaneci Alcaraz
Y en asuntos no necesariamente más agradables (ni modo, así es esto a veces) les comparto una selección de noticias que atañen a nuestros dos mundos .
Casi tres meses de guerra entre las facciones de Los Chapitos y de Los Mayos del Cártel de Sinaloa no han frenado el tráfico de drogas a los Estados Unidos o Europa, donde las redes ilícitas de la organización criminal permanecen intactas pese a la violencia que se vive en la ciudad de Culiacán y otras partes del estado.
En una conferencia sobre la violencia relacionada con las drogas, al alza en Europa, políticos y especialistas coincidieron en un llamado a la acción. Con los socios latinoamericanos se puede cooperar y aprender mucho, consideran los europeos.
Organizaciones civiles de la frontera sur de México han alertado sobre el incremento inusual de migrantes provenientes de regiones como Europa del Este y Medio Oriente, específicamente de países como Rusia, Ucrania, Afganistán e Irán. Este aumento responde a los conflictos bélicos en esas áreas, lo que ha disparado los flujos migratorios irregulares.
Las Chivas buscan a un entrenador capaz de enderezar el rumbo del equipo mexicano y la opción número uno del conjunto tapatío no es otra que Frank Rijkaard. El técnico holandés de 62 años está en la mira de la directiva del club Chivas, que lo ha colocado como una de sus principales prioridades. (la nota original se encuentra en francés).
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