¿El odio con odio se vence? o cómo el ceder es la llave al diálogo
En esta ocasión me gustaría contarles sobre Mo Asumang.
Esta mujer afroalemana es una presentadora de televisión, autora de bestsellers, conferencista, productora y directora de cine. Desde muy pequeña y debido a su origen -de padre ghanés y madre alemana,- Mo conoció el racismo en primera persona: con dos años, ella y su madre tuvieron que dejar su vivienda porque el color de piel de la menor no agradaba al propietario; durante su vida escolar, le fue negado el fundamental sentimiento de pertenencia a su país porque aquí nadie o casi nadie asume que como negra se pueda ser alemana; durante su época de estudiante universitaria y mientras trabajaba como taxista fue encañonada con una pistola en la cabeza, en otra ocasión un racista le aplastó la cabeza contra el techo de su taxi y en el tranvía alguien la quiso asfixiar.
Incluso antes de nacer el que sería su color piel fue un problema. Cuando su abuela materna se enteró que el romance de su hija con un joven ghanés había tenido consecuencias y una bebé venía en camino, amenazó con matarse y lanzarse a la vías del tren antes de tener un nieto negro. Por fortuna, no lo hizo y tan pronto tuvo en sus brazos a la recién nacida Mo, el velo de prejuicios, ignorancia y miedo que cubría sus ojos se esfumó y decidió que esa pequeña sería el centro de su vida y amor. Mo creció así rodeada del amor y protección de su abuela alemana, quien por cierto -muchos años después la propia Mo descubriría- fue en su juventud integrante de las SS Waffen, el grupo paramilitar del partido nazi.
Ya como presentadora de televisión Mo comenzó a recibir amenazas de muerte. Específicamente de la banda neonazi White Arian Rebels, que en un CD publicó letras de odio contra gente pública que no coincidía con su racista imagen del mundo. “Die Kügel ist für dich, Mo Asumag” (La bala es para ti Mo Asumag), decía la canción en un claro llamamiento de muerte contra la presentadora.
La propia Mo cuenta el impacto tan grande que fue para ella escuchar la amenaza en la canción y cómo la situación las desestabilizó por completo de su vida. Pero al mismo tiempo, el hecho fue la gota que derramó el vaso. Decidió tomar la letra de la canción de la banda nazi como el motor positivo que la impulsó a mirar de frente la exclusión en la que había vivido y cuestionarse sobre su identidad.
Filmó entonces en 2007 la que sería su ópera prima, el documental Roots Germania. En este trabajo, confronta por primera vez su origen bicultural. Una estancia en Ghana le abre los ojos a una nueva forma de cuestionar el racismo y el culto germánico de los neonazis alemanes. Y luego toma fuerza para ir a enfrentar a esos nazis que la amenarazon. En este link pueden ver el documental completo.
Después en 2014 vino el film Die Arier (Los arios) en donde por primera vez alguien profundiza en el concepto bajo el cual millones de personas fueron asesinadas, torturadas y desaparecidas: porque en la Alemania nazi si no eras considerado un ario, esa raza superior de la que hablaba Hitler, entonces no tenías valor y habría que deshacerte de ti. En su trabajo, Mo plantea el verdadero significado de ser ario -y se sorprenderían, no tiene nada que ver con ser blanco, rubio y de ojos azules-, visita incluso a los verdaderos arios en la región de Irán y con conceptos científicos e históricos deja en ridículo los argumentos falaces de supremacistas blancos no sólo alemanes sino de Estados Unidos. Parte de la estrategia de Mo tiene que ver con escuchar, entender y confrontar pacíficamente la gama de personajes que conforman la extrema derecha racista.
Con su trabajo investigativo y fílmico Mo Asumang comenzó un largo camino que ha sido parte de su leitmotiv hasta el día de hoy: el combate al racismo y la exclusión. Además de su trabajo como directora de cine y escritora, ha dedicado los último años a viajar y dar charlas a jóvenes de todo el mundo para hacer campaña en favor de la integración y abordar los temas del racismo, el antisemitismo y la discriminación desde una nueva perspectiva.
Hace justo una semana tuve oportunidad de conocer personalmente a Mo y participar en su taller Mo:Lab dialogue principle que tiene como objetivo frenar la división entre la sociedad y brindar herramientas de diálogo para interactuar con gente que tiene una visión del mundo distinta a la de uno. Si, justamente con racistas, extremistas y demás personajes que por desgracia abundan cada vez más abiertamente en las calles de nuestras ciudades. Nos guste o no hoy más que nunca es así.
¿Qué hacer cuando uno recibe palabras de odio? ¿cómo reaccionar? ¿Huir o confrontar? ¿responder con odio al odio? ¿o es mejor escuchar, bajar la guardia como comúnmente se dice y desactivar mensajes de odio con una actitud abierta?
Tengo que confesar que el encuentro con Mo rompió algunas de mis ideas al respecto. No es mi intención, y tampoco podría hacerlo, transmitir cada una de las estrategias que a lo largo de muchos años y bajo diversas circunstancias ella ha logrado desarrollar para enfrentar situaciones desagradables. Yo aún sigo pensando en ellas y me queda claro que cada situación es distinta y que mientras que existen escenarios en donde el diálogo se puede fomentar hay otros en donde, literalmente, hay que salir corriendo.
Pero rescato que ante todo la tranquilidad, la estabilidad interna y hasta el humor pueden ser las llaves para desactivar a los seres más terribles. Termino con una frase de Mo Asumang en Die Arier:
“Si quieres contribuir a resolver el problema del racismo, tienes que estar dispuesto a renunciar a parte de tu propio poder”.
Antes de irme quiero contarles la buena noticia de que con Taula per Mèxic y Underground Periodismo Internacional comenzamos ya a trabajar en la segunda temporada del podcast Sobrevivir a la violencia. ¡Se vienen episodios nuevos!
Y si todavía no han escuchado la primera temporada, los invito a que lo hagan. Acá les dejo el link al quinto episodio.
Les deseo a todas y todos un gran verano y nos leemos en un mes aproximadamente.
Desde Berlín,
Yetaneci Alcaraz
Puedes seguir a Yetlaneci Alcaraz en Twitter e Instagram. Puedes también seguir su trabajo como editora y reportera en Underground Periodismo Internacional.