Aquí seguimos, muy agradecidos por su apoyo...
El 15 de diciembre pasado terminó la campaña de fondeo que organizamos con motivo del segundo aniversario de Underground. Gracias, gracias a todos. Prometemos entregarles buen periodismo en 2023.
Queridos lectores de Underground Periodismo Internacional:
Escribo esta newsletter el último día del año y quisiera comenzarla con una anécdota que, al final, verán que viene al caso. Hace dos años y medio me animé a comprar un libro que ya tenía ganas de leer desde hace tiempo: Nuestro grupo podría ser tu vida, del famoso periodista musical estadounidense Michael Azerrad. Era lo que estaba leyendo cuando comencé con mi colega Yetlaneci Alcaraz a planear, diseñar y construir el proyecto Underground (poco antes de que la revista Proceso, en la que los dos trabajábamos, desmantelara su red de corresponsales).
Aquel voluminoso ejemplar, de 560 páginas en su versión en español, es una gran crónica -documentada de manera extraordinaria- del movimiento de bandas punk-rock que surgió en Estados Unidos en una época de conservadurismo político y social muy fuerte en los años 80.
De la misma forma en que han nacido -y nacerán- otras corrientes musicales, este fue un movimiento que brotó y maduró en el llamado underground, alejado de la industria musical y, por supuesto, de su control. Para poder expresarse, los muchachos que formaban esta escena musical tuvieron que crear sus propias disqueras, sus propios canales de comunicación (a través de fanzines -revistas hechas a mano y fotocopiadas- o las radios universitarias) y buscar sus propios lugares para tocar.
Estos jóvenes hacían todo ellos mismos (¡sin internet!). No sólo componían y tocaban sus canciones; también hacían la promoción, se ocupaban de organizar sus presentaciones, le metían mano a sus grabaciones y hasta negociaban contratos o diseñaban sus logotipos. Sólo así fue que lograron desarrollar un circuito de base, salir de sus localidades y, lo más valioso, encontrar y hacer crecer su propia audiencia, que básicamente eran muchachos hartos como ellos de la misma música aburrida, inofensiva y con la cual no se sentían para nada identificados.
Llegó un momento en que ese movimiento subterráneo saltó como fiera a los medios masivos de difusión con el exitazo que tuvo el disco Nevermind de Nirvana y la efervescencia de los grupos grunge e indie (independientes) de principios de los 90.
Les platico todo esto porque a veces pienso que muchos periodistas -como nosotros en Underground- somos como esos jóvenes rockeros -o los de hoy- que debían ingeniárselas para seguir adelante haciendo lo que más les gustaba, empujados por una profunda necesidad de gritar sus cuestionamientos a la sociedad. Ellos formaban parte de algo que se gestaba fuera del molde; en nuestro caso estamos entre los medios que laten por debajo del sistema mediático tradicional. Y en lugar de canciones crudas y salvajes, nosotros buscamos ofrecer información desde nuestra propia óptica, auténtica, y dinamizar modelos de verdadera independencia editorial que, creemos, pasan por un financiamiento libre de intereses privados o políticos.
Como aquellos jóvenes a los que retrata aquel libro, también nosotros hemos tenido que aprender a montar nuestros medios -de la A a la Z-, hacer alianzas con otros colegas para tejer redes y -aquí entran ustedes, queridos lectores- entregar un producto honesto y con actitud que nos permita conectar con "nuestra audiencia”, esa comunidad de ciudadanos que se pueda reconocer en nuestra propuesta periodística y valore su aportación al debate democrático.
Todo con un objetivo: ser un medio libre y crítico del poder, lo cual únicamente podemos ser si nuestra iniciativa es financiada por quienes nos leen y disfrutan de nuestros contenidos.
Y en esa tarea estamos de manera comprometida trabajando, para consolidar poco a poco un círculo de lectores y donadores de Underground Periodismo Internacional.
Es por eso que, a unas horas de que comience 2023 y de que nuestro portal cumpla dos años de existencia, queremos agradecer sinceramente a todos y a cada uno de nuestros lectores; en especial, a quienes durante este tiempo nos han apoyado con algún tipo de donativo, ya sea mensualmente aportando una cantidad o participando con una aportación puntual en las dos campañas de fondeo que hemos organizado hasta ahora.
La segunda de ellas, les recuerdo, cerró apenas el 15 de diciembre pasado. A aquellos que nos cargaron de combustible para seguir avanzando queremos enviar un cálido abrazo y un agradecimiento extra. En lo personal, no tengo cómo dar gracias a mi familia en Bélgica y México por todo lo que ha hecho por sostener este singular proyecto realizado por periodistas mexicanos desde Bruselas y Berlín. ¡Muchísimas gracias!
No nos queda más que desearles lo mejor siempre, empezando por el año que está por arrancar. Y a nuestro país le deseamos más periodismo libre y crítico del poder que sirva para robustecer una sociedad democrática y plural resistente a los embates autoritarios.
Aprovecho para recordarles que tenemos nuevo material en nuestro portal. Es una entrevista que le hice al periodista Joris Van der Aa, que conoce muy bien el tema del explosivo tráfico de cocaína que existe en la ciudad portuaria de Amberes, ubicada en la parte norte de Bélgica. Se trata de una entrevista dirigida a un público mexicano, que conoce perfectamente las consecuencias del narcotráfico, por lo que durante la charla hacemos una especie de juego de espejos entre la situación en México y lo que sucede en Amberes.
Les dejo la introducción para que se animen a leerla:
Clasificado como el más grande de Europa por su tamaño, el puerto de Amberes es también el principal acceso de la cocaína sudamericana. A manera de una telaraña criminal, desde ahí se ha tejido una compleja y violenta red internacional de narcotráfico que ha trastocado la vida de la sociedad local y del país entero. El periodista Joris van der Aa ha seguido como pocos de sus colegas la evolución de ese “cáncer delictivo”, como él lo llama. Y como desde que empezó a hacerlo, no ha dejado de cuestionar a las autoridades belgas -y de la Unión Europea- por su tibieza en la lucha contra el tráfico de drogas. Underground Periodismo Internacional sostuvo una larga conversación con él.
Entra aquí a la entrevista completa.
O escucha también el teaser:
¡Nos leemos en la próxima newsletter!
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