Adiós 2023... y sobre tolerancia y posiciones radicales
El año agoniza. No sé ustedes, pero yo todavía tengo tan fresca en la memoria esa imagen de mí misma proyectando y planeando el 2023 y resulta que ya, en dos días, comenzamos un nuevo año… increíble la velocidad con la que transcurre el tiempo.
Y la fecha, como siempre, se presta para reflexionar, hacer cortes de caja y proyectar nuevas cosas. Acá les comparto algo de lo que ocupa mis pensamientos estas últimas semanas del año.
En esta Navidad me topé con una fotografía, que abajo les comparto, que me causó muchísima risa: el típico festejo navideño alemán que se sale “un poco” de control 😂. Para quienes no saben, de este lado del mundo era muy común que las luces que adornaban los arbolitos de navidad 🎄 fueran velas pequeñas de verdad. Claro, con el riesgo que ello conlleva…
No tengo idea de quién sea el crédito de la imagen, si alguien lo sabe, agradecería el dato.
Pero más allá de la carcajada inicial que me provocó la imagen y tras verla muchas veces (porque sí, cuando algo me gusta tengo que verlo una y otra vez), me pareció que la foto es una metáfora de nosotros mismos como humanidad. Y me explico: siendo -supuestamente- la especie animal con mayor inteligencia y teniendo un mundo 🌎 tan excepcionalmente maravilloso y hermoso como hogar, que implicaría no sólo un eterno agradecimiento sino un festejo permanente para celebrar la vida misma, pues resulta que los seres humanos la regamos una y otra vez haciendo que las cosas se salgan de control.
Este año, sólo por mencionar dos de muchísimas cosas que podrían aquí escribirse, no sólo no se puso fin a una cruenta guerra que se libra en pleno Europa (🇬🇦🇷🇺) sino que en Medio Oriente un polvorín volvió a estallar dejando una estela de horror, muerte y sufrimiento insoportable de mirar.
El eterno conflicto entre Israel y Palestina está más lejos de ser resuelto que nunca antes y me llama la atención la enorme polarización cegadora de quienes defienden posiciones radicales -de ambos bandos- que lejos de contribuir a una solución sólo la empeoran. Y no me refiero a la gente común como nosotros que dentro de nuestras casas podemos discutir e incluso pelear sobre el legítimo derecho de Palestina a existir como Estado y el también legítimo derecho a la autodefensa de Israel y la proporcionalidad que ésta puede o no tener. Me refiero a los gobiernos que no sólo apoyan y soportan lo que allá sucede sino que pareciera permanecen con los brazos cruzados.
Como muchos saben, en Alemania -en donde vivo- el tema tiene una dimensión excepcional por la historia misma. Como periodista me he quedado perpleja ante la actitud inicial y parcial no sólo del gobierno alemán sino de los grandes e influyentes medios de comunicación a quienes esta carga histórica no les permite -desde mi punto de vista- aportar en un debate plural y constructivo. En esta Newsletter no pretendo tampoco discutir al respecto, sino compartirles un caso concreto.
En Alemania existe el premio Hannah-Arendt al pensamiento político. Se trata de un reconocido galardón que honra el trabajo político justamente de Hanna Arendt, una teórica- política judío alemana que tuvo que emigrar a Estados Unidos durante el régimen nazi en Alemania. Hannah Arendt reflexionó públicamente sobre cómo se crea el espacio político y cómo y porqué se destruye. En su búsqueda de las causas del dominio totalitario en el siglo XX, reveló cómo las sociedades modernas destruyen el espacio político en el que se configura la libertad, allanando así el camino a las prácticas totalitarias de dominio. Al hacerlo, señaló repetidamente la capacidad de los ciudadanos para formar directamente el poder político y renovar así el espacio político.
El reputado premio es otorgado por un jurado internacional independiente, y tiene una dotación económica de 10.000 euros, cantidad que es patrocinada por el senado de la ciudad alemana de Bremen y por la fundación Heinrich-Böll (cercana al Partido de los Verdes, hoy en el poder).
Pues bien, este año el premio fue otorgado a Masha Gessen, una escritora y periodista judía rusa-estadounidense, quien lleva años describiendo las tendencias políticas y los conflictos de la sociedad estadounidense y rusa.
“Como analista de la decadencia y la esperanza, Gessen informa sobre los juegos de poder y las tendencias totalitarias, así como sobre la desobediencia civil y el amor a la libertad. Masha Gessen escribe sobre las dificultades de la vida cotidiana, los conflictos culturales y la lucha por la autodeterminación democrática. En una época caracterizada por la erosión autocrática en EEUU, por un totalitarismo dispuesto a la guerra en Rusia y por graves conflictos entre las grandes potencias, la comprensión se ha convertido en un deber cívico. Tanto con sus libros como con sus ensayos en The New Yorker y su fuerte presencia pública, Gessen abre nuevas perspectivas que ayudan a comprender un mundo en acelerado cambio”, informó el jurado al anunciar el premio en agosto de ese año.
Resulta que justo unos días antes de realizarse la ceremonia de premiación, que consideraba además un evento público de discusión con el galardonado (Gessen anunció en 2020 que se considera trans y no binario y desea que se refieran a él en inglés con el pronombre they), Gessen publicó un ensayo en The New Yorker que generó un escándalo inaudito. El texto se titula “A la sombra del Holocausto. Cómo la política de la memoria en Europa oscurece lo que vemos hoy en Israel y Gaza” y en él el autor aborda el tema de la política sobre la memoria de Alemania y -aquí viene la parte incendiaria para los alemanes- compara los getos judíos en la Alemania nazi con lo que hoy está pasando en la Franja de Gaza. El ensayo es realmente interesante y en el link que les comparto arriba pueden leerlo en español si les interesa.
En esta dinámica de polarización cegadora a la que me refiero, la Fundación Heinrich Böll decidió retirarse de la ceremonia de premiación por considerar inaceptable la comparación. Además el evento público de discusión con el galardonado se canceló y la ceremonia se realizó a puerta cerrada en un reducido círculo de 15 personas.
No exagero ni dramatizo si les confieso que actitudes del tipo me generan desesperanza e impotencia porque es justamente esa actitud, a escala superior entre los gobiernos, la que me hace pensar que en este mundo nada cambiará.
En fin. La “buena noticia” de esta historia es que a pesar de todo, y muy sensatamente, la Fundación Heinrich Böll decidió organizar un evento público de discusión a posteriori -al que Gessen por fortuna aceptó ir- para justamente debatir y discutir sobre el disenso. Porque de eso se trata esto y muchas cosas en la vida: hay cosas en las que no podemos estar de acuerdo pero lejos de que un desacuerdo genere distancia podemos discutirlo para alcanzar acuerdo.
La charla es magnifica y si alguna o alguno de ustedes se interesan por el tema no pueden perderse el video. Les dejo aquí la versión en inglés pero también tienen disponible una versión en alemán, ambas con subtítulos. Este acto de la Heinrich Böll, de abrirse y exponerse de alguna forma al decidir debatir su decisión, me reconcilió un poco con la postura alemana. Porque no todos estamos siempre dispuestos a debatir nuestras posturas.
Y antes de que acabe el año quiero invitarlos a que no se pierdan el podcast que Underground Periodismo Internacional está produciendo junto con Taula per Mèxic Sobrevivir a la violencia, sobre violaciones a derechos humanos en México y el papel de la comunidad internacional al respecto. No es porque lo hagamos nosotrxs pero la verdad que ¡vale la pena!
Ya pueden escuchar aquí el segundo episodio “Brigadistas”. 👇🏼
Antes de despedirme quiero compartirles una recomendación literaria que me pasó mi compañero y colega Marco Appel para todos ustedes. Se trata del libro “Triste Tigre” de la escritora francesa Neige Sinno y que acaba de ganar todos los premios literarios en Francia. Ella, nos dice Marco, era una casi completa desconocida. Desde hace muchos años vive en Michoacán con su pareja y el año que entra (¡buena noticia!) va a salir en español su novela. Ella misma la tradujo.
Aquí les dejo el link de una entrevista con Sinno sobre su novela por si es de su interés.
Y pues nada, me despido de ustedes esperando que quienes tienen la oportunidad de descansar en estas fechas lo estén haciendo a consciencia. Quienes escribimos Corresponsal les agradecemos su acompañamiento constante y sus donativos que son, en todos sentidos, sumamente valiosos para nosotros.
Les deseo personalmente lo mejor para el año nuevo que ya está tocando a la puerta: mucha salud y mucha energía, que del resto cada quien se ocupa.
Hasta el próximo mes,
Esta vez, desde Ciudad de México,
Yetlaneci
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