25 años después, México y la UE podrían incluir en su nuevo tratado instancias de consulta con la sociedad civil
Tuvimos acceso a una parte del Acuerdo Global -una versión- que no se ha hecho pública y en ella se establecen instancias formales de participación de las organizaciones civiles
Desde 1997, las organizaciones de la sociedad civil de México y la Unión Europea (UE) habían pedido a sus respectivas autoridades ser consultadas en las decisiones del Acuerdo Global y que sus recomendaciones fueran reconocidas legalmente.
En ello invirtieron mucho esfuerzo, recursos y tiempo, sin al final conseguir su objetivo.
O quizás sí, porque resulta que décadas después sus propuestas podrían concretizarse, según una versión del nuevo Acuerdo Global al que tuvo acceso Underground Periodismo y que hoy adelantamos en esta edición de Corresponsal.
Viajemos al pasado.
Hace casi 25 años que entró en vigor el primer Acuerdo Global entre México y la Unión Europea (UE).
En su momento, ese acuerdo integral fue uno de los más modernos que había firmado la UE con otro país: contenía, por supuesto, un tratado de libre comercio, pero también uno de Cooperación y otro de “Concertación Política”.
Este acuerdo, que entró en vigor en el 2000, incluye una llamada “cláusula democrática” en la que ambas partes se comprometieron -al menos en la letra- a respetar los derechos humanos y el Estado de derecho.
Y en la letra igualmente está considerado que, de no cumplir esta disposición alguna de las partes, el acuerdo puede ser suspendido por la otra si además fracasa un proceso previo de diálogo.
La aceptación de esa cláusula había sido muy difícil de arrancar al gobierno de Ernesto Zedillo en las negociaciones, ya que éste la consideraba injerencista.
Pero sobre todo porque resultaba muy incómoda a un régimen que no quería rendir cuentas a nadie, y menos a los europeos. Recordemos que para entonces aun estaba fresca en la memoria la matanza de 45 indígenas en Acteal, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997, que causó una enorme indignación en Europa.
Para qué darles un instrumento legal tan poderoso de presión, pensaría el gobierno priista de la época.
Pero cedió.

En ese tiempo, en México las expectativas de que el tratado con la UE implantara un nuevo modelo de relaciones más democrático y justo eran altas.
En esa atmósfera de apertura, las autoridades mexicanas y europeas -en particular las de la Comisión Europea, la encargada de negociar y aplicar el acuerdo con México- accedieron a abrir un espacio de participación a las organizaciones de la sociedad civil de ambos lados, como éstas lo pedían.
Así, el 26 de noviembre de 2002 se realizó en Bruselas, Bélgica, el Primer Foro de Diálogo con la Sociedad Civil México-UE. Un “evento sin precedente en las relaciones” de ambos socios, fue como lo calificaron los asistentes, unos 200 representantes de organizaciones de derechos humanos y desarrollo, sindicales, académicas y algunas empresariales. El embajador mexicano era Porfirio Muñoz Ledo.
En la memoria de aquel encuentro -en el cual estuvo presente este periodista- se explica: “La realización de este Foro es producto de más cinco años de reclamos de distintos sectores sociales y civiles de México y de Europa, y en particular desde las redes RMALC (Red Mexicana de Acción Contra el Libre Comercio) y CIFCA (Iniciativa de Copenhague para América Central y México), que reúnen a más de 100 organizaciones, para que se generen espacios de participación social desde las negociaciones hasta el seguimiento en la implementación del Acuerdo Global y el TLCUEM (Tratado de Libre Comercio UE-México).
“La necesidad de contar con mecanismos de participación de la sociedad civil organizada resulta necesaria no sólo para el monitoreo de los impactos del Acuerdo, sino además para incidir efectivamente en la formulación de políticas públicas que favorezcan la aplicación positiva de la cláusula democrática y, en particular el respeto de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales”.
En concreto, las organizaciones de la sociedad civil proponían la creación de dos instancias: un Comité Consultivo Mixto, que sería un órgano consultor al más alto nivel de decisión, y un Observatorio Social que generara reportes independientes en materia de derechos humanos, ambas con reconocimiento legal dentro del texto del Acuerdo Global (aquí puedes acceder a la memoria del Primer Foro, en la que se puede constatar el entusiasmo en los debates).
Nunca sucedió.
Y es que entre esa primera edición del foro y la quinta, realizada una década después -en octubre de 2012-, el entusiasmo de las organizaciones y el interés de las autoridades por ese formato se fueron diluyendo hasta desaparecer. En cada foro, las primeras presentaban las mismas propuestas y las segundas ofrecían las mismas promesas de analizarlas. La asistencia se fue reduciendo y, en un momento dado, los representantes europeos ya ni le veían caso gastar para ir a México cuando le tocaba realizar el encuentro.
Y así, en el último de esa serie de foros, a lo más que se llegó fue a que la Secretaría de Relaciones Exteriores de México -poco antes de terminar el gobierno de Felipe Calderón- anunciara un llamado “Mecanismo Consultivo” sin validez jurídica y sólo aplicable a las organizaciones mexicanas.
Un “mecanismo de vacilada”, lo calificó el profesor Luis Antonio Huacuja, responsable desde entonces del Programa de Estudios sobre la UE de la UNAM y uno de los participantes permanentes de los foros. (Aquí puedes consultar aquella entrevista con Huacuja publicada en la revista Proceso el 21 de diciembre de 2012).
En 2016 comenzaron las negociaciones del nuevo Acuerdo que actualizara el del 2000.
En abril de 2018 se dio a conocer el “acuerdo de principio” al que llegaron las partes en lo que concernía al tratado de libre comercio.
Pero del resto del nuevo Acuerdo Global -el concerniente a los capítulos de Cooperación y Concertación Política, así como el preámbulo y sus anexos- se conoce poco.
Hoy podemos asegurar que -al menos en la versión que obtuvimos- el capítulo sobre el Marco Institucional del nuevo Acuerdo incluye un apartado dedicado a las Relaciones con la Sociedad Civil (el original de hace 25 años no lo tiene).
Ahí se establece la creación de Grupos Consultivos Nacionales (GCN) y de un Foro de la Sociedad Civil.
El documento -sin fecha- señala que los GCN -uno o más- deberán ser designados por cada parte un año después de entrado el nuevo Acuerdo.
Por motivos de transparencia, México y la UE tendrán que publicar una lista en la que mencionen el nombre de las organizaciones que conforman esos grupos y su contacto.
Cada uno de estos grupos deben estar conformados por una “representación balanceada de organizaciones independientes de la sociedad civil, incluyendo organizaciones no gubernamentales, empresariales y sindicatos activos en la economía, desarrollo sustentable, en materia social, de derechos humanos, medio ambiente y otras”.
Las autoridades de cada parte estarán obligadas a reunirse con sus GCN al menos una vez por año y a “tomar en consideración sus puntos de vista y recomendaciones”.
Esa misma versión del nuevo Acuerdo Global señala que el Foro de la Sociedad Civil será “un espacio de diálogo público” sobre cualquier tema de relevancia del acuerdo (el “seminario” que existe ahora está delimitado a la temática de derechos humanos y se realiza a puerta cerrada).
Su composición será similar a la de los GCN y también tendrá que publicar las declaraciones formales expresadas en el foro tanto por las organizaciones como por las autoridades de México y la UE (en su configuración de “Comité Conjunto”, que ya existe en el acuerdo original), las cuales deberán presidir el encuentro.
La posible instauración de estas dos nuevas instancias en el próximo Acuerdo Global significaría una primicia en la relación de México y la UE. Aunque, como se dijo antes, en realidad ésta sea una vieja reivindicación de las organizaciones de la sociedad civil de ambos lados. Y que, francamente, parecía olvidada.
Ahora bien, si en la versión definitiva del nuevo Acuerdo Global desaparecen los mencionados mecanismos de diálogo con la sociedad civil, alguien tendrá que explicar el porqué.
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